¿Que consecuencias tiene un trastorno alimentario?
Consecuencias y complicaciones físicas de la anorexia Nerviosa
Es necesario desterrar el mito de que la paciente que sufre una anorexia no tienen problemas físicos. Las consecuencias físicas de la reducción de la comida, la pérdida de peso, el ejercicio excesivo y/o las purgaciones, le afectan y se dejarán notar en su organismo según va desarrollándose el trastorno y que en ocasiones, llegarán a hacer peligrar su vida.
Habitualmente, la paciente con anorexia presenta un aspecto más o menos emaciado, en ocasiones esquelético, debido a la pérdida de grasa y de masa muscular. Los ojos hundidos y las ojeras muy marcadas. La piel está seca y puede volverse amarillenta o grisácea. Las manos y los pies pueden amoratarse por problemas circulatorios, adquiriendo un color violáceo. El pelo se debilita, se hace quebradizo, con aspecto ralo y se cae en grandes cantidades. Los brazos y la espalda pueden cubrirse de un vello espeso, llamado lanugo, que aparece para proteger el cuerpo y prevenir la pérdida de calor. La mayoría no toleran el frío y pueden quejarse de tener frío en ambientes en que el resto de las personas sienten calor. El frío que padecen es tan intenso, que se abrigan en verano y pueden llegar a quemarse con la estufa o el radiador. Tienen afectado el ritmo del sueño, presentando problemas para conciliar el sueño y tendencia a despertarse muy temprano. En ocasiones los sueños son pesadillas en las que está presente la comidas o sueñan que se dan un atracón.
Padecen un estreñimiento crónico, hinchazón del vientre, dolores abdominales y en ocasiones hemorragias gastrointestinales. El vaciado gástrico es muy lento y las digestiones se les hacen “eternas”. Muchas pacientes se quejan de dolor de cabeza y fatiga. Pueden tener temblores y calambres musculares. Deseos muy frecuentes de orinar. Se les puede observar un acortamiento del ritmo respiratorio y la expiración puede tener un olor dulzón.
Durante el trastorno, las pacientes más jóvenes no desarrollan ni tienen nunca la menstruación, sufriendo una amenorrea primaria. La chicas que ya habían desarrollado, pierden la menstruación, sufriendo una amenorrea secundaria. Algunas, especialmente en los primeros momentos del trastorno anoréxico, tienen problemas menstruales sin llegar aún a perder la regla de forma continua. Este suceso es tan importante para detectar una Anorexia Nerviosa, que cualquier adolescente o mujer que tenga problemas con la menstruación sin una causa física que lo justifique, debe ser evaluada de un posible trastorno alimentario. Esta ausencia puede estar enmascarada por la toma de píldoras anticonceptivas.
La ausencia continuada de la menstruación produce una pérdida progresiva de densidad ósea que les lleva a padecer fracturas muy frecuentes, a veces sin ningún golpe. La perdida de masa ósea recibe el nombre de osteoporosis y es la responsable de la fragilidad de sus huesos.
En los primeros estadios de la perdida peso, la tasa de pulso se incrementa, pero una vez que se perdido el peso, se producen tasas de pulso muy lentas y la presión sanguínea desciende, llevando una sensación de debilidad y cansancio.
La mayoría sufren algún episodio de ansiedad y/o depresión y eventualmente pueden realizar una tentativa de suicidio.
Complicaciones médicas comúnmente asociadas con la Bulimia Nerviosa
A pesar que las pacientes con un trastorno bulímico presentan durante mucho tiempo una apariencia saludable y tienen pocos síntomas o signos evidentes de que esté enfermando, su salud se resiente y corren riesgos físicos graves que no se deben minimizar. La comida excesiva, las purgaciones, el ejercicio excesivo, hacen estragos en su organismo. La mayoría de las pacientes padecen de manera habitual, dolor abdominal, gases y ardor de estómago, síntomas producidos por su ciclo atracón-purgación.
En ocasiones la comida rápida y excesiva produce una dilatación aguda de estómago, perforación intestinal y hemorragias. Igualmente pueden tener un estreñimiento pertinaz.
Uno de los signos físicos externos mas característicos de los vómitos, es el famoso “signo de Russell” (descrito por primera vez por este autor) y hace referencia a la presencia de cardenales o callosidades en los nudillos de los dedos o en el dorso de la mano, consecuencia de los vómitos autoinducidos.
Otros signos de los vómitos son la aparición de pequeñas hemorragias en los ojos producidas por la presión ocular asociada al vomito, la tumefacción y el aumento de tamaño de las glándulas parótidas y salivares . Para nuestra desgracia y la suya, esta “cara de luna”, consecuencia de vomitar, la interpretará como gordura.¡ Y vuelta a empezar!.
Igualmente las pacientes presentan muchos problemas dentales, especialmente una erosión dental de la parte posterior de los dientes y una dermatitis perioral (“boqueras” en sentido coloquial), causadas por la regurgitación de los ácidos gástricos durante el vómito; Es muy común la aparición de numerosas caries.
La ingestión excesiva o continuada de laxantes o diuréticos, producen en las pacientes un desequilibrio electrolítico. Es especialmente conocida la pérdida de sodio y potasio. Estos minerales son necesarios para el buen funcionamiento de nervios y músculos y su perdida se manifiesta en forma de fatiga, debilidad, arritmias cardíacas, temblores, calambres, espasmos y en algunas situaciones, parada cardiaca y muerte súbita. El uso excesivo de laxantes y enemas se reflejan en el padecimiento de diarreas muy frecuentes e incontrolables. Los diuréticos le producen una diuresis muy peligrosa por la pérdida brusca de minerales.
Según avanza el trastorno, es posible que un día la paciente amanezca hinchada, con las piernas tan enormes que ni siquiera pueda calzarse. Es el edema (acumulación de líquidos) ,producido por la retención de líquidos, efecto “rebote” del uso de laxantes o diuréticos. No es infrecuente que esto les asuste y por primera vez pidan ayuda para un problema que con toda probabilidad, lleva años encubierto.
Consecuencias y complicaciones físicas de la anorexia Nerviosa
Es necesario desterrar el mito de que la paciente que sufre una anorexia no tienen problemas físicos. Las consecuencias físicas de la reducción de la comida, la pérdida de peso, el ejercicio excesivo y/o las purgaciones, le afectan y se dejarán notar en su organismo según va desarrollándose el trastorno y que en ocasiones, llegarán a hacer peligrar su vida.
Habitualmente, la paciente con anorexia presenta un aspecto más o menos emaciado, en ocasiones esquelético, debido a la pérdida de grasa y de masa muscular. Los ojos hundidos y las ojeras muy marcadas. La piel está seca y puede volverse amarillenta o grisácea. Las manos y los pies pueden amoratarse por problemas circulatorios, adquiriendo un color violáceo. El pelo se debilita, se hace quebradizo, con aspecto ralo y se cae en grandes cantidades. Los brazos y la espalda pueden cubrirse de un vello espeso, llamado lanugo, que aparece para proteger el cuerpo y prevenir la pérdida de calor. La mayoría no toleran el frío y pueden quejarse de tener frío en ambientes en que el resto de las personas sienten calor. El frío que padecen es tan intenso, que se abrigan en verano y pueden llegar a quemarse con la estufa o el radiador. Tienen afectado el ritmo del sueño, presentando problemas para conciliar el sueño y tendencia a despertarse muy temprano. En ocasiones los sueños son pesadillas en las que está presente la comidas o sueñan que se dan un atracón.
Padecen un estreñimiento crónico, hinchazón del vientre, dolores abdominales y en ocasiones hemorragias gastrointestinales. El vaciado gástrico es muy lento y las digestiones se les hacen “eternas”. Muchas pacientes se quejan de dolor de cabeza y fatiga. Pueden tener temblores y calambres musculares. Deseos muy frecuentes de orinar. Se les puede observar un acortamiento del ritmo respiratorio y la expiración puede tener un olor dulzón.
Durante el trastorno, las pacientes más jóvenes no desarrollan ni tienen nunca la menstruación, sufriendo una amenorrea primaria. La chicas que ya habían desarrollado, pierden la menstruación, sufriendo una amenorrea secundaria. Algunas, especialmente en los primeros momentos del trastorno anoréxico, tienen problemas menstruales sin llegar aún a perder la regla de forma continua. Este suceso es tan importante para detectar una Anorexia Nerviosa, que cualquier adolescente o mujer que tenga problemas con la menstruación sin una causa física que lo justifique, debe ser evaluada de un posible trastorno alimentario. Esta ausencia puede estar enmascarada por la toma de píldoras anticonceptivas.
La ausencia continuada de la menstruación produce una pérdida progresiva de densidad ósea que les lleva a padecer fracturas muy frecuentes, a veces sin ningún golpe. La perdida de masa ósea recibe el nombre de osteoporosis y es la responsable de la fragilidad de sus huesos.
En los primeros estadios de la perdida peso, la tasa de pulso se incrementa, pero una vez que se perdido el peso, se producen tasas de pulso muy lentas y la presión sanguínea desciende, llevando una sensación de debilidad y cansancio.
La mayoría sufren algún episodio de ansiedad y/o depresión y eventualmente pueden realizar una tentativa de suicidio.
Complicaciones médicas comúnmente asociadas con la Bulimia Nerviosa
A pesar que las pacientes con un trastorno bulímico presentan durante mucho tiempo una apariencia saludable y tienen pocos síntomas o signos evidentes de que esté enfermando, su salud se resiente y corren riesgos físicos graves que no se deben minimizar. La comida excesiva, las purgaciones, el ejercicio excesivo, hacen estragos en su organismo. La mayoría de las pacientes padecen de manera habitual, dolor abdominal, gases y ardor de estómago, síntomas producidos por su ciclo atracón-purgación.
En ocasiones la comida rápida y excesiva produce una dilatación aguda de estómago, perforación intestinal y hemorragias. Igualmente pueden tener un estreñimiento pertinaz.
Uno de los signos físicos externos mas característicos de los vómitos, es el famoso “signo de Russell” (descrito por primera vez por este autor) y hace referencia a la presencia de cardenales o callosidades en los nudillos de los dedos o en el dorso de la mano, consecuencia de los vómitos autoinducidos.
Otros signos de los vómitos son la aparición de pequeñas hemorragias en los ojos producidas por la presión ocular asociada al vomito, la tumefacción y el aumento de tamaño de las glándulas parótidas y salivares . Para nuestra desgracia y la suya, esta “cara de luna”, consecuencia de vomitar, la interpretará como gordura.¡ Y vuelta a empezar!.
Igualmente las pacientes presentan muchos problemas dentales, especialmente una erosión dental de la parte posterior de los dientes y una dermatitis perioral (“boqueras” en sentido coloquial), causadas por la regurgitación de los ácidos gástricos durante el vómito; Es muy común la aparición de numerosas caries.
La ingestión excesiva o continuada de laxantes o diuréticos, producen en las pacientes un desequilibrio electrolítico. Es especialmente conocida la pérdida de sodio y potasio. Estos minerales son necesarios para el buen funcionamiento de nervios y músculos y su perdida se manifiesta en forma de fatiga, debilidad, arritmias cardíacas, temblores, calambres, espasmos y en algunas situaciones, parada cardiaca y muerte súbita. El uso excesivo de laxantes y enemas se reflejan en el padecimiento de diarreas muy frecuentes e incontrolables. Los diuréticos le producen una diuresis muy peligrosa por la pérdida brusca de minerales.
Según avanza el trastorno, es posible que un día la paciente amanezca hinchada, con las piernas tan enormes que ni siquiera pueda calzarse. Es el edema (acumulación de líquidos) ,producido por la retención de líquidos, efecto “rebote” del uso de laxantes o diuréticos. No es infrecuente que esto les asuste y por primera vez pidan ayuda para un problema que con toda probabilidad, lleva años encubierto.