¿Como saber si mi familiar (hija, mujer) tiene una Anorexia?
Anorexia nerviosa No todas las preocupaciones referidas al peso y las dietas son suficientes para diagnosticar la presencia de una anorexia nerviosa. La identificación temprana no siempre es fácil ya que algunas preocupaciones características de la anorexia son muy frecuentes en nuestra sociedad y las particularidades de la patología no se manifiestan en el inicio del trastorno. ¿Como pueden, los familiares saber si deberían pedir ayuda profesional?
Prtfrcción: Los primeros signos de un trastorno anoréxico aparecen en el ámbito de lo personal. La entrega y perfección que siempre ha tenido La/el hija/o más obediente y dócil aumentan llegando a convertirse en el miembro ideal de la familia: todo lo hace bien, es disciplinada/o, correcta/o, obediente, sensible. De forma simultánea el rendimiento académico se torna más brillante, si es que eso es posible y los resultados académicos, ya de por si muy buenos, se hacen extraordinarios. Estos logros le generan las alabanzas de todo su entorno familiar y escolar, adquiriendo fama de persona muy trabajadora y “formal”. Para no perder este refuerzo, ocupa gran parte de su tiempo estudiando y disminuye su tiempo de ocio y descanso. Desarrolla rutinas diarias muy rígidas: horarios, planes, sin posibilidad de introducir ningún cambio, para sentirse segura.
Dietas: Paralelamente, aunque aún puede pasar inadvertida, la persona que desarrolla una anorexia toma la determinación de controlar peso e inicia una dieta. La restricción puede parecer similar a la que realizan muchas otras personas normales preocupadas por el peso, pero una visión en profundidad resalta algunas particulares que ayudan a diferenciarlas.
Diferencias entre las dietas de una persona normal y de una persona con riesgo de desarrollar una anorexia nerviosa.
Cambios en la forma de comer: Según va teniendo éxito en su dieta, limita los alimentos que ingiere – pan, dulces, fritos-, y la forma de comer cambia. Come lentamente, trocea la comida en pequeños trocitos y la esparce por el plato; la aplasta sobre el plato, mueve las comidas de un sitio otro en el plato, deja comida en los bordes, etc.
Es especialmente significativo que se ausente de la comida familiar con diversas razones, todas ellas aparentemente coherentes: “cené fuera”, “me tomé un pincho en clase”….; y, niegue su delgadez: “estas perdiendo peso…, pues yo como”.
Los cambios más habituales respecto a la comida se describen en la tabla siguiente:
Con el objetivo de conseguir la pérdida de peso deseada y mantenerlo bajo su control la persona que ha desarrollado una anorexia realiza otras conductas típicas:
A estas conductas hay que añadir las trasformaciones psicológicas ya que son esenciales para el diagnostico del trastorno, especialmente la llamada “actitud anoréxica” y que implica la necesidad de control y coherencia con sus conductas patológicas. Desarrolla rituales y obsesiones en otras áreas tales como la limpieza. Se niega a si misma y a los demás el hambre que pasa, la fatiga que siente o las complicaciones físicas secundarias al trastorno. Su delgadez extrema le hace sentir una alegría y sensación de fuerza ficticia que no logra mejorar la opinión real que tiene de sí misma, aislándose de la gente. Pronto este aislamiento se extiende a todos los ámbitos de su vida: evita salidas, celebraciones, fiestas y pierde sus amistades.
¿Cómo saber si mi familiar tiene una Bulimia?
El inicio de la Bulimia Nerviosa y una parte importante de su desarrollo, pasa desapercibido durante meses o años a los ojos de los demás y sus primeros síntomas pueden parecer la consecuencia de una constitución física excepcional que le permite comer mucho y estar delgada. La comida que realizan delante de los demás suele ser normal e incluso abundante lo que provoca que familiares y amigos sientan hacia ella una mezcla de admiración y envidia por haber logrado el sueño inconfesado de la mayoría: tener un aspecto físico impecable y disfrutar de toda la comida que desean.
La paciente logra disimular muy bien los pequeños momentos de cansancio, las visitas al baño y la falta de comida en la casa. Las explicaciones que da cuando la encuentran por la noche en la cocina o sale del baño, siempre parecen pertinentes. Una observación cuidadosa de lo que ocurre en la casa, permitiría a estos familiares encontrar ciertos indicios a los que conviene prestar atención: la rapidez con la que se acaba la comida en casa y la frecuencia y cantidad de tiempo que la hija está en el cuarto de baño, tiempo en el que se oye correr el agua del water, la ducha, el lavabo o la bañera. Si los familiares comparan las facturas del agua se sorprenderán del aumento tan considerable que han tenido.Ante los demás realiza una comida normal e incluso algo excesiva.
Los cambios más habituales en su comportamiento son:
Sale de forma extemporánea sin razón aparente para los demás, para comprar comida
Desaparece comida en casa, de forma inexplicable.
Se levanta por la noche a comer y los familiares la encuentran en la cocina a horas intempestivas.
Está obsesionada por comer manzanas.
Come muchas “chucherías”, caramelos y chicles.
Va al baño nada más comer.
Abre innecesariamente grifos de la ducha, baño, lavabo, o tira frecuentemente de la cadena.
La factura del agua aumenta de forma exagerada.
Aumento excesivo de sus gastos. Se queda enseguida sin dinero y pide prestamos (generalmente al padre), que no suele devolver.
Empiezan a faltar objetos de valor o dinero.
Gastos excesivos en cremas reductoras y masajes.
Caos: Tiene un descontrol de horarios, de relaciones o actividades. Empieza cosas y no las termina
Existen otros indicios que pueden confirmar a la familia que su hija/o está comiendo en exceso:
Aparecen en la casa gran cantidad de envoltorios de diversas comidas tales como paquetes de chocolates o galletas. Si se le confronta con estos hechos, la paciente dirá “yo no lo he comido”, “yo no he sido”.
Su asignación de dinero semanal o el sueldo se le termina muy pronto por lo que suele pedir prestamos con mucha frecuencia. Aunque gasta su dinero rápidamente, nadie sabe bien en que se lo ha gastado, ya que no la ven comprarse nada y las explicaciones que da de sus gastos son siempre confusas. En casos extremos la paciente puede coger dinero de casa para comprar comida y/o robar los objetos de valor de la familia para empeñarlos y así conseguir dinero para comprar comida. En ocasiones puede robar comida de los supermercados y si la “pillan” pone a la familia en una situación muy comprometida.
Las fluctuaciones de peso son otro indicio de patología bulímica, muy importante. Su peso puede fluctuar tan rápidamente que los familiares unos días la ven delgada y a los pocos días la ven que ha engordado, de forma que en muy poco tiempo cambia varias tallas de ropa. En los días de más peso puede negarse a salir de casa, e incluso se niegan a salir de la habitación o vestirse.
Anorexia nerviosa No todas las preocupaciones referidas al peso y las dietas son suficientes para diagnosticar la presencia de una anorexia nerviosa. La identificación temprana no siempre es fácil ya que algunas preocupaciones características de la anorexia son muy frecuentes en nuestra sociedad y las particularidades de la patología no se manifiestan en el inicio del trastorno. ¿Como pueden, los familiares saber si deberían pedir ayuda profesional?
Prtfrcción: Los primeros signos de un trastorno anoréxico aparecen en el ámbito de lo personal. La entrega y perfección que siempre ha tenido La/el hija/o más obediente y dócil aumentan llegando a convertirse en el miembro ideal de la familia: todo lo hace bien, es disciplinada/o, correcta/o, obediente, sensible. De forma simultánea el rendimiento académico se torna más brillante, si es que eso es posible y los resultados académicos, ya de por si muy buenos, se hacen extraordinarios. Estos logros le generan las alabanzas de todo su entorno familiar y escolar, adquiriendo fama de persona muy trabajadora y “formal”. Para no perder este refuerzo, ocupa gran parte de su tiempo estudiando y disminuye su tiempo de ocio y descanso. Desarrolla rutinas diarias muy rígidas: horarios, planes, sin posibilidad de introducir ningún cambio, para sentirse segura.
Dietas: Paralelamente, aunque aún puede pasar inadvertida, la persona que desarrolla una anorexia toma la determinación de controlar peso e inicia una dieta. La restricción puede parecer similar a la que realizan muchas otras personas normales preocupadas por el peso, pero una visión en profundidad resalta algunas particulares que ayudan a diferenciarlas.
Diferencias entre las dietas de una persona normal y de una persona con riesgo de desarrollar una anorexia nerviosa.
- Es poco probable que una persona desarrolle una anorexia nerviosa, a pesar de que quiera perder unos kilos para entrar en el bañador o esté algunos días comiendo menos pan o se niegue a comer dulces, si:
a. Trata de hacer dietas y las abandona a los pocos días;
b. Es capaz de descansar y “pierde el tiempo” con las amigas;
c. Sabe exponer sus ideas discrepantes o protestar ante lo que le parece injusto, sin que esto le ocasione una culpa excesiva; - Es muy probable que ya haya sido atrapada por el trastorno si:
a. Hace una dieta de manera implacable que no rompe ante ningún evento o situación: cumpleaños, Navidad, Fiesta de fin de curso, etc.
b. La dieta se hace más estricta a pesar de que ya ha perdido los kilos que se había propuesto al comenzar a restringir.
c. Al perder peso la admiran por su delgadez y ella adquiere un aspecto triunfante.
d. Deja de exhibir su delgadez porque alguien le ha comentado que está excesivamente delgada y ella se enfada y lo niega.
e. Enmascara su cuerpo vistiendo ropas anchas y superpuestas.
Cambios en la forma de comer: Según va teniendo éxito en su dieta, limita los alimentos que ingiere – pan, dulces, fritos-, y la forma de comer cambia. Come lentamente, trocea la comida en pequeños trocitos y la esparce por el plato; la aplasta sobre el plato, mueve las comidas de un sitio otro en el plato, deja comida en los bordes, etc.
Es especialmente significativo que se ausente de la comida familiar con diversas razones, todas ellas aparentemente coherentes: “cené fuera”, “me tomé un pincho en clase”….; y, niegue su delgadez: “estas perdiendo peso…, pues yo como”.
Los cambios más habituales respecto a la comida se describen en la tabla siguiente:
- Dedica períodos largos de tiempo a leer libros de cocina y la sección dedicada a dietas de las revistas.
- Consigue (recortar, coleccionar etc.) dietas en libros y revistas y las atesora.
- Presta atención/vigilancia a lo que se va a comer en la casa.
- Supervisa la necesidad de alimentos de la casa: despensa o nevera.
- Programa, decide y realiza la compra de la familia.
- Prepara la comida familiar.
- Cocina comidas “especiales”: tartas, bizcochos…., que nunca prueba.
- Cuida la alimentación de otros miembros de la familia: padre, hermanos, animales de compañía.
- Entra con la familia en pastelerías aparentando desear comer. El acompañante come y ella sale sin haber comido nada.
- Se levanta de la mesa durante la comida. Va muchas veces a la cocina. Sustituye a la madre para ir a por los otros platos.
- Lava la comida en el grifo; seca la grasa con servilletas o papel de cocina
- Oculta la comida debajo de la mesa, del plato, en los bolsillos.
- Si tiene que comer en la mesa con todos, la comida se le cae, estropea, estruja.
- Come de pie.
- Guarda comida en lugares inapropiados: armarios, debajo de la cama, cajones.
- Reacciona con irritación cuando se cambia la hora de las comidas, aunque sean unos pocos minutos más temprano o más tarde de lo habitual.
- Reacciona con malestar y discusiones por pequeñísimas cantidades de comida.
- Consume chicles de forma excesiva y continuada.
- La duración de los tiempos de comida muy largos y come muy lentamente.
- Realiza una ingesta excesiva o una restricción total de líquidos. (bebe mucho agua o no bebe agua)
- Bebe muchas bebidas bajas en calorías.
- Evita comer con otros diciendo que lo hará luego.
- Es incapaz de tolerar acontecimientos no planificados que impliquen comida.
Con el objetivo de conseguir la pérdida de peso deseada y mantenerlo bajo su control la persona que ha desarrollado una anorexia realiza otras conductas típicas:
- Se pesa varias veces al día, o después de cualquier comida.
- Hace ejercicio excesivo, especialmente después de comer: pasear, correr, subir escaleras, nadar, bicicleta etc.
- Realiza movimientos continuos: flexiones de piernas, bicicleta mientras está sentada.
- Hace cosas que impliquen ejercicio: tareas de casa, deporte; o está de pie en situaciones inhabitúales para ello: tareas del colegio, ver TV, leer, comer.
- Se viste con ropa muy amplia para ocultar la delgadez.
- Utiliza muchas ropas, unas encima de otras para preservarse del frío.
- Incrementa las actividades extraescolares: estudio de varios idiomas, danza, gimnasia…
- Tiene dificultades para conciliar el sueño y/o se despierta muy temprano
A estas conductas hay que añadir las trasformaciones psicológicas ya que son esenciales para el diagnostico del trastorno, especialmente la llamada “actitud anoréxica” y que implica la necesidad de control y coherencia con sus conductas patológicas. Desarrolla rituales y obsesiones en otras áreas tales como la limpieza. Se niega a si misma y a los demás el hambre que pasa, la fatiga que siente o las complicaciones físicas secundarias al trastorno. Su delgadez extrema le hace sentir una alegría y sensación de fuerza ficticia que no logra mejorar la opinión real que tiene de sí misma, aislándose de la gente. Pronto este aislamiento se extiende a todos los ámbitos de su vida: evita salidas, celebraciones, fiestas y pierde sus amistades.
¿Cómo saber si mi familiar tiene una Bulimia?
El inicio de la Bulimia Nerviosa y una parte importante de su desarrollo, pasa desapercibido durante meses o años a los ojos de los demás y sus primeros síntomas pueden parecer la consecuencia de una constitución física excepcional que le permite comer mucho y estar delgada. La comida que realizan delante de los demás suele ser normal e incluso abundante lo que provoca que familiares y amigos sientan hacia ella una mezcla de admiración y envidia por haber logrado el sueño inconfesado de la mayoría: tener un aspecto físico impecable y disfrutar de toda la comida que desean.
La paciente logra disimular muy bien los pequeños momentos de cansancio, las visitas al baño y la falta de comida en la casa. Las explicaciones que da cuando la encuentran por la noche en la cocina o sale del baño, siempre parecen pertinentes. Una observación cuidadosa de lo que ocurre en la casa, permitiría a estos familiares encontrar ciertos indicios a los que conviene prestar atención: la rapidez con la que se acaba la comida en casa y la frecuencia y cantidad de tiempo que la hija está en el cuarto de baño, tiempo en el que se oye correr el agua del water, la ducha, el lavabo o la bañera. Si los familiares comparan las facturas del agua se sorprenderán del aumento tan considerable que han tenido.Ante los demás realiza una comida normal e incluso algo excesiva.
Los cambios más habituales en su comportamiento son:
Sale de forma extemporánea sin razón aparente para los demás, para comprar comida
Desaparece comida en casa, de forma inexplicable.
Se levanta por la noche a comer y los familiares la encuentran en la cocina a horas intempestivas.
Está obsesionada por comer manzanas.
Come muchas “chucherías”, caramelos y chicles.
Va al baño nada más comer.
Abre innecesariamente grifos de la ducha, baño, lavabo, o tira frecuentemente de la cadena.
La factura del agua aumenta de forma exagerada.
Aumento excesivo de sus gastos. Se queda enseguida sin dinero y pide prestamos (generalmente al padre), que no suele devolver.
Empiezan a faltar objetos de valor o dinero.
Gastos excesivos en cremas reductoras y masajes.
Caos: Tiene un descontrol de horarios, de relaciones o actividades. Empieza cosas y no las termina
Existen otros indicios que pueden confirmar a la familia que su hija/o está comiendo en exceso:
Aparecen en la casa gran cantidad de envoltorios de diversas comidas tales como paquetes de chocolates o galletas. Si se le confronta con estos hechos, la paciente dirá “yo no lo he comido”, “yo no he sido”.
Su asignación de dinero semanal o el sueldo se le termina muy pronto por lo que suele pedir prestamos con mucha frecuencia. Aunque gasta su dinero rápidamente, nadie sabe bien en que se lo ha gastado, ya que no la ven comprarse nada y las explicaciones que da de sus gastos son siempre confusas. En casos extremos la paciente puede coger dinero de casa para comprar comida y/o robar los objetos de valor de la familia para empeñarlos y así conseguir dinero para comprar comida. En ocasiones puede robar comida de los supermercados y si la “pillan” pone a la familia en una situación muy comprometida.
Las fluctuaciones de peso son otro indicio de patología bulímica, muy importante. Su peso puede fluctuar tan rápidamente que los familiares unos días la ven delgada y a los pocos días la ven que ha engordado, de forma que en muy poco tiempo cambia varias tallas de ropa. En los días de más peso puede negarse a salir de casa, e incluso se niegan a salir de la habitación o vestirse.