Trastorno de la Conducta Alimentaria No Especificado
Para determinar clínicamente una anorexia o bulimia nerviosas, deben concurrir en el/a paciente todos los signos y síntomas exigidos por los estándares internacionales (Ver Anexo). Sin embargo, en la práctica diaria, este conjunto de características no aparece siempre al completo, lo cual no significa que no exista una patología alimentaria que necesite tratamiento. Cuando se dan varias características patológicas, pero no están todas, se dice que la persona tiene un síndrome parcial, identificado como trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE). Las situaciones más frecuentes son:
Si el trastorno de la conducta alimentaria no especificado no desemboca en un trastorno completo, las pacientes suelen ser de menor gravedad y la patología evoluciona favorablemente con un tratamiento de duración limitada en régimen ambulatorio.
Fobia a la comida
Las personas que desarrollan una fobia a la comida tienen dificultades para comer cierto tipo de alimentos o miedo al acto mismo de ingerir. En la mayoría de los casos, el comienzo de la patología se debe a hechos traumáticos previos. Hay pacientes que desarrollan el trastorno porque se han atragantado (huesos, espinas) y temen que les pueda volver a suceder. Otras veces, la experiencia traumática procede del desconocimiento acerca de ciertas incompatibilidades alimenticias, presencia de ingredientes dañinos en la comida ingerida, por lo que al comer, sufrieron problemas gástricos, malestar y dolor. Los pacientes así condicionadas pueden tener miedo a salivar, atragantarse, regurgitar, vomitar, tener náuseas, diarreas o dolores intestinales.
Otras personas con fobia tratan de evitar ciertas comidas en función de su textura (les da asco la sensación de tenerlas en contacto con la boca) o a veces de su sabor. Hay ocasiones en que las personas tienen fobia a la comida porque temen que esté contaminada, que haya bacterias y gérmenes que se vayan a multiplicar en su estómago. El miedo puede ser tan intenso que el paciente se niegue a comer comida cocinada, aceptando sólo las que están en paquetes estériles y abra personalmente.
- Pacientes que cumplen todos los criterios de anorexia nerviosa pero no han perdido la menstruación.
- Pacientes que cumplen todos los criterios de anorexia nerviosa pero su pérdida de peso está dentro del rango normal.
- Pacientes que tienen atracones o se purgan menos de dos veces por semana, no cumpliendo los requisitos de frecuencia impuestos para diagnosticar bulimia nerviosa.
- Pacientes que se purgan después de ingerir pequeñas cantidades de comida y su pérdida de peso no llega al 15% necesario para ser calificadas como anoréxicas.
- Pacientes que escupen o tiran la comida sin tragarla, para evitar la ingesta de calorías.
Si el trastorno de la conducta alimentaria no especificado no desemboca en un trastorno completo, las pacientes suelen ser de menor gravedad y la patología evoluciona favorablemente con un tratamiento de duración limitada en régimen ambulatorio.
Fobia a la comida
Las personas que desarrollan una fobia a la comida tienen dificultades para comer cierto tipo de alimentos o miedo al acto mismo de ingerir. En la mayoría de los casos, el comienzo de la patología se debe a hechos traumáticos previos. Hay pacientes que desarrollan el trastorno porque se han atragantado (huesos, espinas) y temen que les pueda volver a suceder. Otras veces, la experiencia traumática procede del desconocimiento acerca de ciertas incompatibilidades alimenticias, presencia de ingredientes dañinos en la comida ingerida, por lo que al comer, sufrieron problemas gástricos, malestar y dolor. Los pacientes así condicionadas pueden tener miedo a salivar, atragantarse, regurgitar, vomitar, tener náuseas, diarreas o dolores intestinales.
Otras personas con fobia tratan de evitar ciertas comidas en función de su textura (les da asco la sensación de tenerlas en contacto con la boca) o a veces de su sabor. Hay ocasiones en que las personas tienen fobia a la comida porque temen que esté contaminada, que haya bacterias y gérmenes que se vayan a multiplicar en su estómago. El miedo puede ser tan intenso que el paciente se niegue a comer comida cocinada, aceptando sólo las que están en paquetes estériles y abra personalmente.