Terapia familiar
Tanto los resultados de los estudios controlados, como la experiencia clínica han puesto de manifiesto que es imprescindible incorporar en el tratamiento alguna forma de terapia familiar. Ello no significa que exista una problemática familiar solo porque existe un problema de alimentación, pero la colaboración de los padres es un factor que facilita que la paciente mejore.
Objetivos generales de la terapia familiar
La terapia familiar tiene en cuenta los problemas de los pacientes en el contexto de sus relaciones con las personas significativas en su entorno familiar y social. Considera la familia como una unidad y, aunque existen diferentes escuelas de terapia familiar, todas comparten algunos principios esenciales: la mejora del funcionamiento familiar incrementa la comprensión y el apoyo de sus miembros facilitando que estos se sientan con mayor seguridad a la hora de enfrentar los retos de su vida.
La terapia de familia ayuda a sus miembros a expresar y explorar pensamientos y emociones negativas de forma segura, a comprenderse mutuamente, a ponerse en el lugar del otro, darse cuenta de las necesidades individuales de cada miembro de la familia, apoyar sus partes positivas y hacer cambios relacionales que permitan un funcionamiento familiar mas armonioso. Se debe siempre asumir que las familias quieren ayuda y están agotadas por el estrés que están soportando;
En el caso específico de los trastornos alimentarios, el afrontamiento familiar se ha considerado la terapia de elección en paciente adolescente y necesaria en todas las demás pacientes como un apoyo a su proceso de recuperación, tanto de los síntomas alimentarios como de los emocionales y cognitivos.
Los hermanos deben participar porque pueden verse afectados y porque son buenos co-terapeutas
La familia debe adquirir conocimiento sobre la enfermedad y apoyar a su hija en el proceso de recuperación. Tendrá que tomar conciencia de las relaciones que han establecido, de las expectativas, creencias valores, ansiedades que mantienen el trastorno y bloquean la recuperación. Las actitudes de los padres (tanto madre como padre) han modelado, a través de sus conductas y comentarios, la preocupación hacia el peso y una imagen corporal negativa debido a la búsqueda de autoestima en la delgadez. Tienen que crear un medio que deje de dar importancia a la delgadez, las dietas, el ejercicio excesivo y los comentarios que rodean estos temas. Además, existe una tríada de acciones que apoyan todo el proceso de tratamiento familiar: no relacionarse con los síntomas: “la paciente es algo más que la enfermedad”. Reorganizar los límites y roles familiares. Autocuidarse/conseguir serenidad en la casa.
Las pacientes casadas necesitan el apoyo de sus cónyuges
Ofrecer información sobre el trastorno a la pareja y los hijos, si son lo suficientemente mayores
Ver como están los niños, si están asumiendo funciones parentales o tienen dudas sin resolver
Ver desencadenantes en el hogar; por Ej. la intimidad o contacto sexual, ver como reacciona el cónyuge ante las pérdidas de control del paciente
Interacción de la pareja: ver si el marido hace de padre o terapeuta. O bien se ha refugiado en el trabajo o tiene otra relación. Cuando mejora la paciente, suelen surgir conflictos porque a la pareja le cuesta encajar los cambios.
Contraindicaciones de la terapia familiar conjunta*
En parejas separadas verlas juntos puede alentar fantasías de reconciliación
Si hay psicopatología grave en algún miembro
Si un padre ha abusado física o sexualmente, hay que proteger a la víctima
Cuando las interacciones familiares son muy negativas o destructivas con riesgos de confrontaciones directas
Si los padres no están dispuestos a reconocer la responsabilidad de sus acciones
*Por supuesto, esto no excluye su uso por terapeutas experimentados.
Objetivos generales de la terapia familiar
La terapia familiar tiene en cuenta los problemas de los pacientes en el contexto de sus relaciones con las personas significativas en su entorno familiar y social. Considera la familia como una unidad y, aunque existen diferentes escuelas de terapia familiar, todas comparten algunos principios esenciales: la mejora del funcionamiento familiar incrementa la comprensión y el apoyo de sus miembros facilitando que estos se sientan con mayor seguridad a la hora de enfrentar los retos de su vida.
La terapia de familia ayuda a sus miembros a expresar y explorar pensamientos y emociones negativas de forma segura, a comprenderse mutuamente, a ponerse en el lugar del otro, darse cuenta de las necesidades individuales de cada miembro de la familia, apoyar sus partes positivas y hacer cambios relacionales que permitan un funcionamiento familiar mas armonioso. Se debe siempre asumir que las familias quieren ayuda y están agotadas por el estrés que están soportando;
En el caso específico de los trastornos alimentarios, el afrontamiento familiar se ha considerado la terapia de elección en paciente adolescente y necesaria en todas las demás pacientes como un apoyo a su proceso de recuperación, tanto de los síntomas alimentarios como de los emocionales y cognitivos.
Los hermanos deben participar porque pueden verse afectados y porque son buenos co-terapeutas
La familia debe adquirir conocimiento sobre la enfermedad y apoyar a su hija en el proceso de recuperación. Tendrá que tomar conciencia de las relaciones que han establecido, de las expectativas, creencias valores, ansiedades que mantienen el trastorno y bloquean la recuperación. Las actitudes de los padres (tanto madre como padre) han modelado, a través de sus conductas y comentarios, la preocupación hacia el peso y una imagen corporal negativa debido a la búsqueda de autoestima en la delgadez. Tienen que crear un medio que deje de dar importancia a la delgadez, las dietas, el ejercicio excesivo y los comentarios que rodean estos temas. Además, existe una tríada de acciones que apoyan todo el proceso de tratamiento familiar: no relacionarse con los síntomas: “la paciente es algo más que la enfermedad”. Reorganizar los límites y roles familiares. Autocuidarse/conseguir serenidad en la casa.
Las pacientes casadas necesitan el apoyo de sus cónyuges
Ofrecer información sobre el trastorno a la pareja y los hijos, si son lo suficientemente mayores
Ver como están los niños, si están asumiendo funciones parentales o tienen dudas sin resolver
Ver desencadenantes en el hogar; por Ej. la intimidad o contacto sexual, ver como reacciona el cónyuge ante las pérdidas de control del paciente
Interacción de la pareja: ver si el marido hace de padre o terapeuta. O bien se ha refugiado en el trabajo o tiene otra relación. Cuando mejora la paciente, suelen surgir conflictos porque a la pareja le cuesta encajar los cambios.
Contraindicaciones de la terapia familiar conjunta*
En parejas separadas verlas juntos puede alentar fantasías de reconciliación
Si hay psicopatología grave en algún miembro
Si un padre ha abusado física o sexualmente, hay que proteger a la víctima
Cuando las interacciones familiares son muy negativas o destructivas con riesgos de confrontaciones directas
Si los padres no están dispuestos a reconocer la responsabilidad de sus acciones
*Por supuesto, esto no excluye su uso por terapeutas experimentados.