Motivación al cambio
La necesidad de buscar tratamientos eficaces para los pacientes con Anorexia o Bulimia nerviosa ha inducido a los profesionales que les atienden a elaborar nuevas formas de tratamiento que tengan en cuenta las variables causantes de su resistencia al cambio.
Durante siglos años, la relación médico-paciente ha sido claramente asimétrica con predominio de la imagen del médico quien decide que es lo correcto para el paciente. Este modelo clásico basa su éxito en la predisposición del paciente a colaborar y confiar en lo que se le propone hacer para llegar al diagnóstico y tratamiento adecuado.
El médico toma las decisiones en nombre del paciente partiendo de la idea de que el enfermo no tiene capacidad de hacerlo, ya sea en razón de su falta de conocimientos médicos o de las limitaciones que le impone su enfermedad. Aunque efectivo en numerosas patologías, su mayor defecto ha sido ignorar que en ocasiones su posición de autoridad excesiva, sin tener en cuenta que el paciente es una persona con unas ideas determinadas acerca de su padecimiento, ha negado el derecho del paciente a opinar potenciando la pérdida de motivación para salir del trastorno y su falta de adherencia a las prescripciones facultativas.
Modelo de Capacitación (Empowerment)
La capacitación es un concepto surgido recientemente en el área de la salud cuya idea esencial es que los pacientes tienen el derecho a realizar sus propias elecciones sobre el cuidado de su salud y ha ejercitar un control sobre su vida y ambiente. El método subraya la necesidad de establecer relaciones de igualdad y respeto mutuo entre las personas que necesitan la ayuda y aquellos que la facilitan, de forma que entre ambos se lleguen a dilucidar las causas de los problemas y las posibles soluciones.
La toma de decisiones resulta de un proceso en el que converge y se ajustan la información técnica que el médico proporciona con los deseos y valores personales del paciente. Ambos polos son ahora activos, pero de diferente manera. Uno aporta conocimiento científico, experiencia clínica, información técnica, consejos. El otro escucha cuanta información recibe y la contrasta con sus creencias, sus proyectos,
Según este modelo, para que la persona esté sana, tiene que ser capaz de llevar a cabo no solo sus propios cambios en su conducta personal sino también en las situaciones sociales y en las instituciones que influyen en su existencia. Esta idea ha evolucionado de la observación de que los pacientes no pueden ser forzados a seguir un estilo de vida dictado por los profesionales de cuidados de la salud, sino que son los pacientes quienes tienen que incrementar su autoconciencia, su responsabilidad personal, realizar elecciones informadas y definir su calidad de vida.
Los pacientes son los que experimentan las consecuencias de la enfermedad y del tratamiento y por tanto tienen el derecho a tener un papel relevante en las decisiones concernientes a su salud y a cómo incrementarla. Aunque el profesional pueda ser más competente en la comprensión del proceso de la enfermedad y su tratamiento, el paciente es más experto en comprender el medio en el que esta enfermedad va a ser tratada.
Para adoptar el modelo de capacitación es necesario admitir que el paciente es un ser humano y no como una enfermedad a tratar y requiere aprender a escuchar.
Por ello desde este modelo de acción, el propósito primordial del profesional de la salud es preparar al paciente para que realice decisiones informadas sobre su propio cuidado. Promover su autorregulación para que su salud y bienestar futuros se maximicen. Por tanto el inicio del tratamiento comienza con la información y la educación.
El paciente está capacitado cuando tiene conocimiento, habilidades, actitudes, autoconciencia necesaria para influir en su conducta y la de otros en orden a mejorar su calidad de vida.
Contemplar el tratamiento de la salud de las personas como un proceso de decisión activo lleva a la consideración del deseo del paciente por ejercitar un grado de control y comprometerse en una colaboración compartida con el profesional de la salud. Así, si el paciente quiere lograr tomar decisiones adecuadas para mejorar su compromiso en los cuidados implicados en su tratamiento, es probable que necesite realizar un cambio en el estilo de vida que lleva.
Cuando se adopta este modelo de relación se incrementa de forma exponencial la colaboración del paciente en su proceso de recuperación.
Entrevista motivacional
Estilo de vida. Implica hablar con el paciente de su estilo de vida desde su propia perspectiva. Si considera que su vida es saludable o no; si le gusta o disgusta la vida que lleva; Si cree que necesita hacer ciertos cambios es sus hábitos; sus creencias sobre la salud.
Descripción de un día típico: este conocimiento permite al profesional organizar la prescripción dentro de las rutinas diarias del paciente. Ello puede afectar de manera muy positiva la adherencia.
Conocer sus creencias acerca de la enfermedad: muchos pacientes tienen grandes errores sobre su enfermedad y necesitan ser escuchados
Proporcionar información: Cuando se prescribe el tratamiento se debe preguntar al paciente si desea más información. Si no está preparado para recibir más información, no tiene sentido aportárla hasta que él pueda incorporarla de forma positiva. Si está preparado, la información no debe ser sesgada.
El futuro y el presente: Se pretende que el paciente exprese lo que desea que le suceda como resultado del tratamiento de su enfermedad, ya que no hacerlo genera una alta probabilidad de no realizar lo prescrito
Ayudar en la toma de decisiones: pedirle opinión sobre cómo manejar su enfermedad.
La necesidad de buscar tratamientos eficaces para los pacientes con Anorexia o Bulimia nerviosa ha inducido a los profesionales que les atienden a elaborar nuevas formas de tratamiento que tengan en cuenta las variables causantes de su resistencia al cambio.
Durante siglos años, la relación médico-paciente ha sido claramente asimétrica con predominio de la imagen del médico quien decide que es lo correcto para el paciente. Este modelo clásico basa su éxito en la predisposición del paciente a colaborar y confiar en lo que se le propone hacer para llegar al diagnóstico y tratamiento adecuado.
El médico toma las decisiones en nombre del paciente partiendo de la idea de que el enfermo no tiene capacidad de hacerlo, ya sea en razón de su falta de conocimientos médicos o de las limitaciones que le impone su enfermedad. Aunque efectivo en numerosas patologías, su mayor defecto ha sido ignorar que en ocasiones su posición de autoridad excesiva, sin tener en cuenta que el paciente es una persona con unas ideas determinadas acerca de su padecimiento, ha negado el derecho del paciente a opinar potenciando la pérdida de motivación para salir del trastorno y su falta de adherencia a las prescripciones facultativas.
Modelo de Capacitación (Empowerment)
La capacitación es un concepto surgido recientemente en el área de la salud cuya idea esencial es que los pacientes tienen el derecho a realizar sus propias elecciones sobre el cuidado de su salud y ha ejercitar un control sobre su vida y ambiente. El método subraya la necesidad de establecer relaciones de igualdad y respeto mutuo entre las personas que necesitan la ayuda y aquellos que la facilitan, de forma que entre ambos se lleguen a dilucidar las causas de los problemas y las posibles soluciones.
La toma de decisiones resulta de un proceso en el que converge y se ajustan la información técnica que el médico proporciona con los deseos y valores personales del paciente. Ambos polos son ahora activos, pero de diferente manera. Uno aporta conocimiento científico, experiencia clínica, información técnica, consejos. El otro escucha cuanta información recibe y la contrasta con sus creencias, sus proyectos,
Según este modelo, para que la persona esté sana, tiene que ser capaz de llevar a cabo no solo sus propios cambios en su conducta personal sino también en las situaciones sociales y en las instituciones que influyen en su existencia. Esta idea ha evolucionado de la observación de que los pacientes no pueden ser forzados a seguir un estilo de vida dictado por los profesionales de cuidados de la salud, sino que son los pacientes quienes tienen que incrementar su autoconciencia, su responsabilidad personal, realizar elecciones informadas y definir su calidad de vida.
Los pacientes son los que experimentan las consecuencias de la enfermedad y del tratamiento y por tanto tienen el derecho a tener un papel relevante en las decisiones concernientes a su salud y a cómo incrementarla. Aunque el profesional pueda ser más competente en la comprensión del proceso de la enfermedad y su tratamiento, el paciente es más experto en comprender el medio en el que esta enfermedad va a ser tratada.
Para adoptar el modelo de capacitación es necesario admitir que el paciente es un ser humano y no como una enfermedad a tratar y requiere aprender a escuchar.
Por ello desde este modelo de acción, el propósito primordial del profesional de la salud es preparar al paciente para que realice decisiones informadas sobre su propio cuidado. Promover su autorregulación para que su salud y bienestar futuros se maximicen. Por tanto el inicio del tratamiento comienza con la información y la educación.
El paciente está capacitado cuando tiene conocimiento, habilidades, actitudes, autoconciencia necesaria para influir en su conducta y la de otros en orden a mejorar su calidad de vida.
Contemplar el tratamiento de la salud de las personas como un proceso de decisión activo lleva a la consideración del deseo del paciente por ejercitar un grado de control y comprometerse en una colaboración compartida con el profesional de la salud. Así, si el paciente quiere lograr tomar decisiones adecuadas para mejorar su compromiso en los cuidados implicados en su tratamiento, es probable que necesite realizar un cambio en el estilo de vida que lleva.
Cuando se adopta este modelo de relación se incrementa de forma exponencial la colaboración del paciente en su proceso de recuperación.
Entrevista motivacional
Estilo de vida. Implica hablar con el paciente de su estilo de vida desde su propia perspectiva. Si considera que su vida es saludable o no; si le gusta o disgusta la vida que lleva; Si cree que necesita hacer ciertos cambios es sus hábitos; sus creencias sobre la salud.
Descripción de un día típico: este conocimiento permite al profesional organizar la prescripción dentro de las rutinas diarias del paciente. Ello puede afectar de manera muy positiva la adherencia.
Conocer sus creencias acerca de la enfermedad: muchos pacientes tienen grandes errores sobre su enfermedad y necesitan ser escuchados
Proporcionar información: Cuando se prescribe el tratamiento se debe preguntar al paciente si desea más información. Si no está preparado para recibir más información, no tiene sentido aportárla hasta que él pueda incorporarla de forma positiva. Si está preparado, la información no debe ser sesgada.
El futuro y el presente: Se pretende que el paciente exprese lo que desea que le suceda como resultado del tratamiento de su enfermedad, ya que no hacerlo genera una alta probabilidad de no realizar lo prescrito
Ayudar en la toma de decisiones: pedirle opinión sobre cómo manejar su enfermedad.