¿Que es un Tratamiento?
Un tratamiento es un proceso de cambio que se establece a través de la relación entre terapeuta y paciente.
Para que un tratamiento sea eficaz debe definir con claridad los objetivos que va a cubrir y hacerlos explícitos al paciente y la familia. En el caso de los trastornos de la conducta alimentaria, el tratamiento necesita conseguir un conjunto de metas que permitan recuperar la salud de la paciente y le preserven de las recaídas. Para conseguirlo debe ayudar a las pacientes y familiares a desenvolver unos cuidados propios y una relación respetuosa, que les haga desarrollar una adecuada valoración y autoestima.
La elección de cuales sean los objetivos prioritarios en cada paciente concreto, vendrá dada por la menor o mayor gravedad del trastorno o sus características. De todas formas existen unos objetivos esenciales, cuya consecución aumenta la probabilidad de estabilizar la recuperación conseguida.
Cuidar la salud de la paciente y tratar las complicaciones físicas derivadas de los trastornos.
Establecer en la familia una comida nutritiva, sabrosa, variada, periódica y suficiente para recuperar la salud y la forma física de la paciente y familiares, sin tener que hacer dietas.
Facilitar recursos para descender/eliminar los atracones y las conductas purgativas.
Proveer la información necesaria para situar la actividad física de la paciente en un nivel moderado, cuyo propósito sea contribuir a su salud y bienestar corporal, evitando que sea una esclava de su cuerpo.
Ayudarle a aceptar su apariencia sin someterse a los dictados de la moda, apoyándole para que adopte una forma de vestir cómoda. Enseñarle a defender el derecho a la diversidad en la apariencia, sin discriminar a las personas por el peso o la forma corporal que tengan.
Favorecer la realización de actividades lúdicas que incrementen su socialización ( ir al gimnasio, a la piscina, salir por la noche, ir a una fiesta, etc.), sin estar condicionada porque su cuerpo no tenga una silueta perfecta.
Enseñarle a reconocer y tratar los miedos que le han llevado a desarrollar el trastorno y están bloqueando su mejoría. Entrenarle en habilidades de resolución de problemas.
Fomentar el desarrollo de una autovaloración personal basada en cualidades internas como creatividad, generosidad, simpatía y aminorar la competitividad corporal, académica o profesional.
Facilitar el reconocimiento de su mundo emocional y de sus necesidades físicas y psíquicas que le permitan establecer las relaciones entre el trastorno alimentario y su mundo emocional, y perfilar su identidad.
Favorecer su proceso de maduración, apoyando que asuma responsabilidades de forma progresiva.
Enseñarle a defender el derecho a la imperfección. Fomentar su flexibilidad y la aceptación de los errores como una herramienta de aprendizaje.
Ayudarle a establecer relaciones interpersonales de respeto mutuo y potenciar los valores de amistad y cooperación.
Enseñarle a defender el derecho a la expresión asertiva, de lo que piensa y siente, sin dominar a los demás, ni dejarse dominar. Si es necesario, ayudarle a defenderse contra los abusos físicos, psíquicos y/o sexuales
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